Los antiguos utilizaban la sal en rituales mágicos porque eran conscientes de sus enormes propiedades curativas y beneficiosas.
Como hablábamos en anteriores artículos, ya desde la prehistoria el género humano ha estado especialmente vinculado a este mineral de características envidiables.
Si bien es verdad, que su uso culinario se ha convertido en el más analizado en profundidad por la repercusión a nivel de dieta que ha tenido para nosotros, sus usos en relación a la magia, espiritismos y demás rituales, merece una atención aparte.
Por si no lo conocías, resulta que en anteriores civilizaciones como la Romana, la sal estaba estrechamente ligada a la fertilidad. Así, a cualquier hombre enamorado se le conocía como Salax, que en latín significaba salado.
En la actualidad nadie se plantearía arrojar sacos de sal en una boda, pero la costumbre era tal, que hasta en las zonas de montaña y aldeas como en los Pirineos, había tradición de poner sal en los bolsillos con el objetivo de evitar la impotencia. Incluso aunque parezca curioso, los zapatos de las novias también se rociaban con ella para fomentar la fertilidad.
De todas formas, para analizar el uso de la sal en rituales mágicos no hay más que estudiar algunas de las supersticiones que llevan acompañándonos siglos y siglos. ¿O acaso no conocías que arrojar la sal al suelo atraía la mala suerte a tu vida? Como lo oyes.
Y tanto es así que en el antiguo testamento la sal se utilizaba como signo de ofrenda hacia Dios, al ser uno de los bienes más preciados, tanto en valor económico como en el ámbito cultural.
En magia negra y ritos paganos, la sal en rituales mágicos se convertía en el ingrediente protagonista de cualquier acto en el que se involucrara el mundo terrenal y el espiritual. ¿El objetivo? Conseguir a través del mineral, la unión perfecta entre cuerpo y alma.
Como ves, a pesar de que hoy en día la sal ocupe un lugar en nuestras vidas, más práctico que místico, en su momento fue codiciado por nuestros antepasados como uno de los bienes más preciados.
¿Dónde encontrar sal pura y de calidad, como la de nuestros antiguos? Sin duda, en Humanes Guillén Eurosal.
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