Estamos muy acostumbrados a sentir que la comida está insípida y precisas sal a fin de que sepa mejor. Y que en cualquier receta de cocina que leemos o vemos por la TV nos diga, «añada sal al gusto». Y es que añadir sal a todo cuanto cocinamos se ha transformado no sólo en un hábito, sino casi en una adicción, y no es nada saludable, la verdad.
La sal es un condimento esencial en la cocina, eso está claro. Se emplea para fortalecer sabores, entre otras muchas cosas, y su consumo provoca una mayor sensación de hambre, lo que hace que muchas empresas del sector alimentario usen la sal como gancho para consumir más. Realmente la sal no supondrá, en prinicipio, un aporte esencial de nutrientes puesto que en mayor o menor medida, todos los comestibles nos aportarán nuestras raciones al día de sodio.
Es más, el exceso de sodio, si no se anula con un aporte suficiente de potasio, es más perjudicial que otra cosa. Y nos puede traer alguna sorpresa para nuestro sistema circulatorio. Conforme la asociación que consultemos, nos afirmarán que un consumo de sodio entre mil quinientos y dos mil quinientos mg diarios es más que suficiente para un adulto sano, y si el sodio representa más o menos el cuarenta por ciento del peso de la sal… hagamos cuentas. Sin embargo, ¿Se necesita de verdad la sal en nuestros platos?
En muchos restaurantes, bares y casas de comida se suele abusar de la sal en ciertos platos. Las patatas fritas, por servirnos de un ejemplo. Las carnes, a veces; los pescados en otros sitios… muy frecuentemente podemos salir del establecimiento necesitando litros de agua para poder dormir.
En casa podemos cocinar con menos sal, con la sal justa, que en muchos casos es un pellizco la mayor parte de las veces. La sal no es necesaria si llevamos una dieta equilibrada. No precisamos aliñar los platos para disimular un ingrediente congelado, o una mala preparación. Es más, cuanta menos sal agreguemos, mejor va a ser para nuestra salud. Y el sabor se logra con la utilización y convinación de buenos ingredientes, o también podemos recurrir al ajo para los que quieran resaltar un poco más los sabores.
La realidad es que fuera de casa nos exponemos a niveles altos de sal en las comidas, y lo peor de todo es que nos encanta. Intenta un a ingesta menor de sal, ya que un exceso de sodio, nos va a pasar factura. Intenta pasar 2 o bien 3 semanas cocinando en casa con poquísima, verás como mejora.
Si el equilibrio de sal de potasio se descontrola, con los niveles de sodio superiores a los niveles de potasio, el metabolismo celular saludable se ve afectado. Y por tanto, la resistencia a la enfermedades disminuye y aparecen los peligros para nuestra salud.
Como hemos repetido varias veces, el consumo de la cantidad adecuada de sal es esencial si se quiere conservar su salud. Esto supone alterar sus hábitos alimentarios de siempre.
Conforme con la Asociación Médica, cerca de 1.500 vidas podrían salvarse todos los años si las personas tomasemos la mitad de sal que tomamos actualmente. Así que vamos a dar el paso inicial para reducir el consumo de sal cuanto antes. Su salud en un corto y largo plazo te lo va a agradecer seguro.
Gracias y hasta pronto
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