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Aprender a cocinar un buen pescado a la sal no es una técnica reservada a los grandes cocineros Michelín.

Desde hace miles de años, nuestros antepasados conocían las innumerables propiedades de la sal como agente conservador del sabor y la textura de los alimentos, permitiéndoles elaborar grandes creaciones culinarias.

Existen algunos prejuicios sobre este tipo de cocción, por aquellas personas que nunca antes la han probado. Es posible que piensen que la comida sale especialmente salada o que se pierde el sabor al pescado. ¡Nada más lejos de la realidad!

Cocinar un buen pescado a la sal convierte a la materia prima, en un auténtico manjar de reyes. ¿Todavía no lo has probado? Ya va siendo hora de ello.

El paso uno consiste en disponer de un buen pescado fresco. Si queremos probar su delicioso sabor, es mejor optar por ello antes que por producto congelado.

Seguidamente lo colocaremos en un recipiente de mayor tamaño que el pescado, para poder elaborar una costra de sal sustanciosa. Es importante, que utilicemos sal de calidad sin refinar, para no introducir en el receta ingredientes no deseados.

A la hora de comenzar con la costra, es importante aplicar una capa de sal de unos 2 centímetros, y rociarla de forma asidua con agua pulverizada hasta conseguir una textura arenosa capaz de ser amasada, como si de un castillo de arena se tratase.

Es importante que el pescado se recubra entero, manteniendo el esqueleto y su integridad. Tan solo le retiraremos las vísceras. A la hora de introducirlo en el horno, deberá estar precalentado a 200 ºC para conseguir el efecto deseado.

Es posible que la primera vez, no obtengas el resultado que esperabas, pero ahora que sabes cómo cocinar un buen pescado a la sal, no tienes más que ensayarlo un par de veces para descubrir lo delicioso que está esta receta.

¿Te animas a intentarla?