Todos sabemos que este oro blanco es uno de los condimentos, que más años lleva acompañándonos durante siglos y civilizaciones. Sin embargo, ¿a dónde se remonta el origen de la sal? ¿Quiénes fueron los primeros en descubrir sus beneficios?
Pues bien, ya en la época china, a partir del siglo XXVII antes de Cristo, encontramos documentación acerca de su uso y extracción, por el emperador chino Huangdi. La primera salina contrastada y verificada se remonta a la provincia de Shanxi, donde tras el intenso sol del verano, la población se dedicaba a recoger cristales salinos de la superficie, de lagos y montañas.
A modo de curiosidad, cabe destacar que la cultura Egipcia era fiel conocedora de las ventajas de la sal, hasta el punto de utilizarla en rituales funerarios, como condimento e incluso, como conservante de alimentos para transportar el pescado en salazón a distintos territorios.
Posteriormente, en la época romana, se llegaron incluso a construir rutas especialmente dedicadas al transporte de este producto, a través de la vía salaria. Y es que, este bien preciado era tan necesario para la población, que con el fin de controlar sus depósitos se llegaron a desarrollar numerosas guerras por controlar su mercado.
El origen de la sal partía de distintas posibilidades: salinas de agua salada, cuya extracción data incluso del neolítico; manantiales, minas y salares. Más adelante, la revolución industrial permitiría el desarrollo de otras técnicas menos artesanales y más agresivas de explotación salina, aunque su uso como conservante decayó notablemente con la presencia de cámaras congeladoras y frigoríficos.
De forma generalizada, podemos contemplar que el beneficio tanto de la sal marina, como de la sal de manantial, se basa en su proceso de evaporación natural, lento y progresivo, de las aguas concentradas en cloruro sódico, a través de efecto del calor del sol y el viento. Tradicionalmente, la recogida de la sal tenía lugar durante el periodo veraniego.
Hoy en día, la sal es un gran tesoro para nuestra salud y nuestro paladar, que continúa extrayéndose por los distintos países del planeta. Tal es el caso de Eurosal Humanes Guillén, donde nos dedicamos de forma tradicional a la explotación salinera, desde uno de los manantiales naturales de Andalucía, en la provincia de Córdoba, convirtiéndose en la mayor salina de interior de la comunidad.
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